ESPERAN POR TI



ESPERAN POR TI
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Por Josué Zorrolla Pérez

INTRODUCCIÓN: La Sociedad de Jóvenes esta noche presentará ante Uds. el programa titulado: “Esperan por Ti”. Esperamos que el mismo será del agrado de Uds. y de gran ayuda espiritual.

PERSONAJES: Héctor, David, Yudit, Liset, Pastor, Alejandro (Hijo de Pedro), Pedro (Esposo de Milena) y Milena.

I ESCENA


(Entra Hector con una pelota y un guante en la mano, se sienta en la sala, al momento David toca a la puerta, él abre y David llega con un bate en la mano)

HECTOR: (Después de saludarlo) Hace un rato te estaba esperando. ¿Nos vamos?

DAVID: ¿Viste anoche el juego de pelota? Kindelán cogió la pelota y la sacó del cuadro. (Entran Yudit y Liset)

LISET: Parece mentira que hoy cuando la mayoría de los miembros de la Iglesia va a salir a predicar el Evangelio de casa en casa, Uds. van a jugar pelota.

HECTOR: Mira mi hermana, hoy es Domingo, ayer sábado yo fui a la Iglesia y alabé al Señor, hoy es el día de ir a pasear, nadar, pescar, ir al parque y jugar cualquier cosa, por ejemplo “pelota”.

LISET: Lo que pasa es que Uds. al igual que muchos miembros de la Iglesia que no trabajan a favor de las almas, no se dan cuenta de que muchos de los que nos rodean, amigos, vecinos y familiares se encuentran sumidos en la tristeza, el dolor y la desesperación a causa de la pérdida de un familiar querido, problemas en la escuela, el trabajo o el hogar. Otros están al borde de la locura por la pérdida de la casa, el empleo, y muchos ya están cansados de vivir cometiendo errores.
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YUDIT: Muchos han cometido tantos errores, se han comprometido tanto con el vicio, el juego y el place que ya no saben cómo salir del hueco en el que han caído, algunos se quitan la vida porque piensan que es la única solución que tienen. Héctor y David: vecinos, amigos y familiares a los que Uds. aman están esperando que alguien les dé el mensaje de amor y esperanza. Muchos están esperando por mí, y también por ti David, y por ti Héctor.

HECTOR: Uds. no debieran llamarse Liset y Yudit sino Elena White I y Elena White II, porque lo único que hablan es de Biblia y de profecía. ¿Qué tú crees David?

DAVID: ¿Qué yo creo? Pues... que ellas tienen razón. Nosotros al igual que muchos cristianos no estamos viviendo a la altura del propósito por lo cual fuimos llamados por Dios. De seguir como vamos seremos los culpables de que muchos se pierdan. Viene a mi mente la historia de un joven que una tarde después de bañarse y vestirse salió a pasear, cuando llegó a una esquina cerca de la casa, vio a un grupo de gente reunidas en un lugar. Preguntó qué pasaba y alguien le dijo que unos obreros que se encontraban arreglando una tubería en los túneles del alcantarillado de la ciudad habían quedado atrapados al derrumbarse una parte donde trabajaban. El joven se dirigió al lugar para ver cómo los vecinos de aquel lugar junto a un grupo especializado en rescate sacaban a los infelices que allí estaban atrapados. Cuando llegó, cuál no fue su sorpresa al oír que uno de los que ayudaban le gritó: ¿Oye, qué haces ahí mirando? Tu hermano está atrapado aquí abajo. Al joven no le importó que se había bañado, ni que estaba vestido, que iba de paseo, ni mucho menos que estaba a salvo, sin pensarlo dos veces se tiró al hoyo. Su hermano estaba en peligro y él tenía que hacer algo. Con sus propios dedos comenzó a cavar. Una hora más tarde aunque las manos le dolían y le sangraban se sintió satisfecho porque gracias a Dios y al esfuerzo de todos los obreros habían sido rescatados con vida. Héctor, mientras nosotros perdamos tiempo, otros se encuentran atrapados en el abismo del pecado. Yo creo que podemos formar un equipo y juntos salir a predicar el evangelio, dar cariño, amor y esperanza a todo el que nos rodea.

HECTOR: Quiero pertenecer a ese equipo, no deseo seguir perdiendo el tiempo. Es hora de comportarme como Cristinos de verdad, hacer por Cristo y la gente que me rodea lo que esperan de mi. Díganme qué puedo hacer.

LISET: Por ahora lo único que tienes que hacer es ir a la casa del pastor y pedir un juego de la Voz de la Esperanza. Mientras nosotros vamos a trazar planes del trabajo de hoy. (Héctor sale y los demás salen por la otra puerta).

II ESCENA

(Entra Héctor con unos folletos en la mano y sin darse cuenta se le caen tres. Por otra puerta sale Milena y ve los folletos y los recoge para leerlos. Se va).

III ESCENA


(Entran Liset, Yudit y David en espera de Héctor se sientan en la sala. Tocan a la puerta y Yudit abre, es Héctor.)

HECTOR: Muchachos tengo una mala noticia que darles. El Pastor me entregó todas las lecciones, cuando llegué al parque me di cuenta que me faltaban tres, pero no las encontré a pesar de que  la busqué bien, parece que alguien se las encontró.

LISET: Si hubiese sido una pelota y un guante no se te hubiera perdido, porque en tu mente no tienes nada de importancia.

DAVID: Bueno, no nos vamos a pasar el día discutiendo, por tres lecciones que se perdieron yo no creo que la obra de predicar el evangelio se puede detener por tres folletos de la Voz de la Esperanza que se perdieron.

YUDIT: Y ¿Cuáles lecciones se perdieron?

HECTOR: La oración, ¿Cuál es la Iglesia Verdadera? Y ¿Qué debo hacer para ser salvo?.

LISET: Se perdieron las más importantes pero ya no se puede hacer nada. Quiera Dios que la persona que las encontró acepte a Jesús como su Salvador personal. Vámonos.

HECTOR: (Se pone de pie) Vamos a orar, para que Dios dirija el trabajo que vamos a realizar (Ora y salen).

IV ESCENA


(Entra el pastor y se sienta en la sala, tocan a la puerta los muchachos (4) después de saludarse se sientan)

PASTOR: Muchachos les felicito por el trabajo misionero que han realizado durante este mes.

HECTOR: A mi no me gusta hacer obra misionera pero este mes he podido experimentar qué se siente al poder trabajar por otros.

DAVID: Desde que comencé a trabajar en la obra misionera he alcanzado un mayor conocimiento espiritual.

LISET: Pastor lo que no he podido olvidar es que Ud. Me prestó una colección de lecciones de la Voz de la Esperanza y se extraviaron tres folletos.

PASTOR: No se preocupen por eso muchachos, la pérdida de esos folletos no es mayor que el trabajo que Uds, han realizado. Estoy seguro de que Héctor no botó las lecciones a propósito. A demás dice la Biblia “Hecha tu pan sobre las aguas y después de viejo lo recogerás.”

YUDIT: (Se pone de pie). Pastor nos vamos, hoy tenemos que recorrer casi 12 kilómetros para llegar a un caserío donde no hay cristianos.

PASTOR: ¿Puedo ir con ustedes?

YUDIT: Como no, vamos. (Todos se ponen de pie y después de orar salen).

V ESCENA


(Entra Pedro y Alejandro).

ALEJANDRO: Papi, no te has dado cuenta el cambio que ha dado mami?

PADRE: Sí hijo, desde que se encontró esos folletos hace un mes y los comenzó a leer es una nueva persona. Hasta los vecinos se han dado cuenta del cambio. Me gustaría ser una nueva persona igual que tu mamá.

ALEJANDRO: A mí también me gustaría ser diferente. (Entra Milena con los folletos en la mano y se pone a leer).

PEDRO: Milena, Alejandro y yo queremos ser distintos igual  que tú. Hace pocos días leímos esos folletos que te encontraste pero no entendimos mucho. Por qué no nos ayudas?

MILENA: Uds. No son capaces de imaginar lo feliz que me siento al escuchar sus palabras y estoy dispuesta a ayudarlos. Aunque hay cosas que yo tampoco comprendo pero...tengo una idea, vamos a arrodillarnos para pedirle a Dios en oración que envíe a alguien que pueda explicarnos lo que necesitamos saber. (Se arrodillan. Milena ora) (Cuando dice Amén tocan a la puerta).

PASTOR: Buenos días, soy el Pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y los jóvenes que me acompañan también son miembros de la misma (Los presenta) Hemos venido para invitarlos a que asistan a nuestra iglesia y obsequiarle este libro “Felicidad Abundante”.

PEDRO: Para mi es un placer conocerlos. Esta es mi esposa Milena, el Alejandro, mi hijo.

MILENA: Pasen, Uds. Son las personas que desde hace casi un mes estoy esperando.

DAVID: ¿Qué Ud. Nos estaba esperando?

ALEJANDRO: Sí, hace un mes mi mamá se encontró esos folletos que tiene en las manos cuando fue a la ciudad. Nosotros los leímos y aceptamos a Cristo como Salvador personal, pero hay cosas que no entendemos. Ahora mismo cuando uds. Tocaron estábamos orando pidiendo a Dios que enviara a alguien para que nos ayudara y llegaron uds.

LISET: Creo que en verdad Dios nos envió a este lugar. Esos folletos se le perdieron a mi hermano hace un mes. Ese día oramos a Dios pidiendo que permitiera que la persona que encontrara los folletos aceptara a Cristo como su Salvador personal y ahora veo que él contestó nuestra oración.

PEDRO: Es tarde y Uds. Han caminado bastante, les invitamos a almorzar con nosotros para que después nos expliquen todo lo que necesitamos saber.

HECTOR: Es que, somos muchos.

ALEJANDRO: Hay para todos, pues hay comida suficiente.

MILENA: En uno de los folletos leí que había una Iglesia verdadera y mientras oraba hace un rato pedía a Dios que permitiera que la persona que viniera perteneciera a esa Iglesia y uds. Son Adventistas del 7mo Día. Vamos a almorzar, pues tenemos mucho de qué hablar. (Salen. Se canta el himno. Qué estás haciendo por Cristo?).


PASTOR: Queridos jóvenes, niños y adultos presentes, esta familia conoció a Cristo y lo aceptó como su Salvador personal, pero otros están esperando que alguien les hable del amor de Cristo. Quiero que en estos momentos se pusieran de pie los que están dispuestos a trabajar a favor de esas almas que se encuentran en el hondo abismo del pecado. ¿Qué estás haciendo por Cristo? No olvides que alguien Espera por ti. (Invita a la congregación a cantar la última estrofa del himno Qué estás haciendo por Cristo?

ORACIÓN FINAL







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