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YO QUIERO SER PASTOR DRAMA


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DIA DEL PASTOR PARTE 2


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Dia del pAstor Parte #1


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Jhoan G Sosa


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Música para sociedad de jóvenes.


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Juan Carlos Alvarado Si tan solo tocare

No tengas miedo a ALABAR
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Solo escucha esta linda alabanza (DAME FE)


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¿QUE TAN EQUIVOCADO ESTAS?


Una chica muy arrogante esperaba su vuelo en la sala de un gran aeropuerto.
Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también galletas.

Se sentó, para poder descansar y leer en paz.

En el asiento de al lado se sentó una señora ya de edad poco avanzada, que abrió una revista y empezó a leer.

Entre ellas quedó un paquete de galletas. Cuando la chica cogió la primera galleta, la señora también tomó una.

La chica se sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó: "¡Qué descarada esta vieja; si yo fuera más valiente, le diría un par de cosas y hasta le podría insultar".

Cada vez que ella cogía una galleta, la señora también tomaba una.

Aquello le indignaba tanto a la chica, que no conseguía concentrarse ni reaccionar.

Cuando quedaba una sola galleta,

pensó: "¿qué hará ahora esta vieja aprovechada?".

Entonces, la señora partió la última galleta y con una media sonrisa en su rostro, sin decirle nada a la chica, dejó media galleta para ella.

¡Ah no! ¡Aquello le pareció demasiado! La chica se enfureció, se molestó, quedó muy indignada con tal situación.

Tomó la media galleta, no aguantó más y la tiró a los pies de la anciana diciendo: “vieja descarada, se ve que tiene hambre, eso es lo que usted es…una descarada”.

La señora la escuchó, agachó la cabeza y no respondió nada.

Se levantaron las dos y cada quien se dirigió a su propio sector de embarque, ya que tenían distintos vuelos y se dirigían, obviamente, a diferentes destinos.

Mientras caminaba a su sector de embarque, muy indignada, la chica resoplaba la enorme rabia que llevaba. Cerró su libro, tomó sus cosas y se dirigió a abordar.

Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas... intacto y cerrado.

¡Sintió tanta vergüenza! Que se le caía la cara y le dio tanto sentimiento con aquella señora que hasta lloró.

Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada que estaba.

¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso!

La señora había compartido todas sus galletitas con ella, y sin sentirse indignada, nerviosa, consternada o alterada.

Y ya no estaba a tiempo ni tenía posibilidades para dar explicaciones o pedir disculpas.

Pero sí para razonar: ¿cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?

¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?

Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:

Una piedra, después de haber sido lanzada;

Una palabra, después de haberla dicho;

Una oportunidad, después de haberla perdido;

El tiempo, después de haber pasado.

Una chica muy arrogante esperaba su vuelo en la sala de un gran aeropuerto.

Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también galletas.

Se sentó, para poder descansar y leer en paz.

En el asiento de al lado se sentó una señora ya de edad poco avanzada, que abrió una revista y empezó a leer.

Entre ellas quedó un paquete de galletas. Cuando la chica cogió la primera galleta, la señora también tomó una.

La chica se sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó: "¡Qué descarada esta vieja; si yo fuera más valiente, le diría un par de cosas y hasta le podría insultar".

Cada vez que ella cogía una galleta, la señora también tomaba una.

Aquello le indignaba tanto a la chica, que no conseguía concentrarse ni reaccionar.

Cuando quedaba una sola galleta,

pensó: "¿qué hará ahora esta vieja aprovechada?".

Entonces, la señora partió la última galleta y con una media sonrisa en su rostro, sin decirle nada a la chica, dejó media galleta para ella.

¡Ah no! ¡Aquello le pareció demasiado! La chica se enfureció, se molestó, quedó muy indignada con tal situación.

Tomó la media galleta, no aguantó más y la tiró a los pies de la anciana diciendo: “vieja descarada, se ve que tiene hambre, eso es lo que usted es…una descarada”.

La señora la escuchó, agachó la cabeza y no respondió nada.

Se levantaron las dos y cada quien se dirigió a su propio sector de embarque, ya que tenían distintos vuelos y se dirigían, obviamente, a diferentes destinos.

Mientras caminaba a su sector de embarque, muy indignada, la chica resoplaba la enorme rabia que llevaba. Cerró su libro, tomó sus cosas y se dirigió a abordar.

Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas... intacto y cerrado.

¡Sintió tanta vergüenza! Que se le caía la cara y le dio tanto sentimiento con aquella señora que hasta lloró.

Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada que estaba.

¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso!

La señora había compartido todas sus galletitas con ella, y sin sentirse indignada, nerviosa, consternada o alterada.

Y ya no estaba a tiempo ni tenía posibilidades para dar explicaciones o pedir disculpas.

Pero sí para razonar: ¿cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?

¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?

Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:

Una piedra, después de haber sido lanzada;

Una palabra, después de haberla dicho;

Una oportunidad, después de haberla perdido;

El tiempo, después de haber pasado.

Una chica muy arrogante esperaba su vuelo en la sala de un gran aeropuerto.

Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también galletas.

Se sentó, para poder descansar y leer en paz.

En el asiento de al lado se sentó una señora ya de edad poco avanzada, que abrió una revista y empezó a leer.

Entre ellas quedó un paquete de galletas. Cuando la chica cogió la primera galleta, la señora también tomó una.

La chica se sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó: "¡Qué descarada esta vieja; si yo fuera más valiente, le diría un par de cosas y hasta le podría insultar".

Cada vez que ella cogía una galleta, la señora también tomaba una.

Aquello le indignaba tanto a la chica, que no conseguía concentrarse ni reaccionar.

Cuando quedaba una sola galleta,

pensó: "¿qué hará ahora esta vieja aprovechada?".

Entonces, la señora partió la última galleta y con una media sonrisa en su rostro, sin decirle nada a la chica, dejó media galleta para ella.

¡Ah no! ¡Aquello le pareció demasiado! La chica se enfureció, se molestó, quedó muy indignada con tal situación.

Tomó la media galleta, no aguantó más y la tiró a los pies de la anciana diciendo: “vieja descarada, se ve que tiene hambre, eso es lo que usted es…una descarada”.

La señora la escuchó, agachó la cabeza y no respondió nada.

Se levantaron las dos y cada quien se dirigió a su propio sector de embarque, ya que tenían distintos vuelos y se dirigían, obviamente, a diferentes destinos.

Mientras caminaba a su sector de embarque, muy indignada, la chica resoplaba la enorme rabia que llevaba. Cerró su libro, tomó sus cosas y se dirigió a abordar.

Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas... intacto y cerrado.

¡Sintió tanta vergüenza! Que se le caía la cara y le dio tanto sentimiento con aquella señora que hasta lloró.

Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada que estaba.

¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso!

La señora había compartido todas sus galletitas con ella, y sin sentirse indignada, nerviosa, consternada o alterada.

Y ya no estaba a tiempo ni tenía posibilidades para dar explicaciones o pedir disculpas.

Pero sí para razonar: ¿cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?

¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?

Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:

Una piedra, después de haber sido lanzada;

Una palabra, después de haberla dicho;

Una oportunidad, después de haberla perdido;

El tiempo, después de haber pasado.

NO ACTUEMOS APRESURADAMENTE.

MUCHAS VECES EN ESOS IMPULSOS, HASTA OFENDEMOS Y NO NOS DAMOS CUENTA QUE LAS COSAS NO SON COMO PENSAMOS.

MEDITEMOS ANTES DE ACTUAR Y OFENDER.

ANTES DE FORMARTE UN JUICIO DE AQUELLO, ASEGÚRATE BIEN, NO VAYA HACER QUE DAÑES A ALGUIEN INMERECIDAMENTE, QUE QUEDES EN RIDÍCULO, TE ARREPIENTAS Y YA SEA DEMASIADO TARDE.

MEDITEMOS ANTES DE ACTUAR Y OFENDER.

ANTES DE FORMARTE UN JUICIO DE AQUELLO, ASEGÚRATE BIEN, NO VAYA HACER QUE DAÑES A ALGUIEN INMERECIDAMENTE, QUE QUEDES EN RIDÍCULO, TE ARREPIENTAS Y YA SEA DEMASIADO TARDE.

MEDITEMOS ANTES DE ACTUAR Y OFENDER.

ANTES DE FORMARTE UN JUICIO DE AQUELLO, ASEGÚRATE BIEN, NO VAYA HACER QUE DAÑES A ALGUIEN INMERECIDAMENTE, QUE QUEDES EN RIDÍCULO, TE ARREPIENTAS Y YA SEA DEMASIADO TARDE.
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“Esta es la Victoria”


“Esta es la Victoria”









Imagen relacionada



Por Freda CarverCopied by Léster Prieto
 
 
Diablo:  (Levanta la mano para impedirles el paso).  ¿Quiénes son, y a dónde
van?
 
Cristiano I:  Eramos del mundo.  Ahora somos siervos de Dios.
 
Cristiano II:  Antes anduvimos perdidos por el mundo, pero ahora viajamos por el
camino estrecho que conduce a la patria celestial… el cielo.
 
Diablo:  Del mundo, ¿eh?.  Entonces son súbditos míos.  Todo el mundo me
pertenece a mí.  Soy el príncipe del mundo.
 
Cristiano I:  Es cierto que nacimos en su país, pero descubrimos que servirlo a
usted era una osa dura y su paga es la muerte.
 
Cristiano IV:  Ya pertenecemos al Rey celestial, quien nos dio el don de la vida
eterna.
 
Diablo:  Vamos, les diré que voy a hacer.  Si ustedes regresan a mi reino,
prometo darles muchas cosas buenas del mundo… placeres, riquezas, el honor de
los hombres, poder, popularidad, muchas diversiones.
 
Cristiano III:  Pero eso no puede ser.  Ya somos hijos de Dios, y le serviremos
solamente a Él.  No podemos participar de la mesa del Señor y de la mesa de los
demonios a la vez.  (1 Corintios 10:21)  “No podéis beber la copa del Señor y la
copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de
los demonios”.
 
Diablo:  Pues bien, si mi primera oferta no les conviene, sigan hacia la patria
celestial, pero salgan de ese camino estrecho.  Yo conozco una senda más ancha,
más suave.  Mi senda serpentea por los valles.  Así que ustedes pueden evitar
las subidas altas y los lugares escabrosos.
 
Cristiano IV:  No saldremos, porque salir del camino recto es peligroso.  El
camino ancho lleva a la destrucción.  Nosotros obedecemos la Santa Palabra.
 
Diablo:  ¡Vaya!  Es un hábito común entre sus servidores que algunos que han
hecho una profesión de fe en él luego abandonan su servicio.  ¿Por qué no lo
hacen ustedes también?.
 
Cristiano II:  A mí me gusta servir a Dios.  Me gusta más la recompensa de Dios,
sus demás servidores, su gobierno, y la amistad de Cristo que los suyos,
Satanás.  Así que no voy a dejar a mi Salvador.
 
Diablo:  ¡Qué lastima!  ¿Saben, por supuesto, que los seguidores de Jesús
siempre tienen dificultades?  Hay persecuciones, problemas, la burla del mundo. 
Nada más que problemas.  Y ese Cristo, ¿se presta enseguida a ayudar a sus
seguidores?  ¡Ah!.
 
Cristiano IV:  Quizás no siempre lo hace al instante, pero Él tiene sus
propósitos.  Él quiere que nuestra fe crezca.  Quiere que confiemos
completamente en Él.  Luego él rescata a los suyos.  Su palabra promete, “Muchas
son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová”.  (Salmos
34:19).
 
Cristiano III:  Dios nos promete que como son nuestros días, así serán nuestras

fuerzas (Deuteronomio 33:25).  “Hierro y bronce serán tus cerrojos, y como tus
días serán tus fuerzas”.  Él nos rescata cuando él sabe que el tiempo es
oportuno y de mayor provecho para nosotros.  Además, nos promete que todas las
cosas les ayudan a bien a los que aman a Dios (Romanos 8:28).  “Y sabemos que a
los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados”.
Esta es la Victoria………2
 
Cristiano I:  Hemos leído en la Biblia que tenemos que ser afligidos en diversas
pruebas para que nuestra fe, sometida a prueba, luego salga pura como el oro. 
Es para nuestro bien.
 
Voz:  (1 Pedro 1:6 – 7)  “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un
poco de tiempo, si es necesario tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual
aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra
cuando sea manifestado Jesucristo”.
 
Diablo:  ¿Cómo saben ustedes si todas esas palabras lindas son ciertas?  Miren
como los demás en el mundo están disfrutando de tantos placeres de la vida. 
Fíjense como ustedes no pueden hacer ni esto ni lo otro.  Tienen que cargar esa
pesada cruz.  ¡Tírenla a un lado!  Coman, beban, alégrense en las cosas mías,
porque mañana morirán como los animales, y no habrá castigo por los pecados.
 
Cristiano II:  Los justos viven por fe.  La Biblia nos aconseja, “No pierdan su
confianza, que tiene gran galardón, porque no es necesaria la paciencia, para
que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengamos la promesa”  (Hebreos 10:35 –
38).
 
Diablo:  (Señala a Cristiano III).  Oye amigo.  Ven acá un momento.  Sal del
camino.  Deja a tus compañeros, y te diré algo para tu provecho.
 
Cristiano IV:  No le hagas caso.  Nuestro Señor nos advierte que no debemos
dejar de congregarnos juntos.  En la unión está la fuerza, y nos animamos los
unos a los otros.  (Hebreos 10:25)  “No dejando de reunirnos como algunos tienen
por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se
acerca”.
 
Diablo:  Oigan.  Yo premio bien a los que fielmente me sirven.  Les doy toda
manera de escape de las leyes de Dios por el poder mío.
 
Cristiano III:  ¿Por su poder?  Es más cierto decir que es por sus trucos y sus
mentiras.  Pero ud. y sus siervos recibirán su castigo.  No se engañen.  Dios no
puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 
(Gálatas 6:7)  “No os engañéis; Dios no puede ser burlado:  pues todo lo que el
hombre sembrare, eso también segará”.
 
Diablo:  Díganme, ¿por qué piensan ustedes que van a recibir un galardón de Dios
cuando le han sido desobedientes tantas veces?
 
Cristiano I:  ¿Cuándo no le fui yo fiel?
 
Diablo:  Ya sabes.  El otro día te enojaste mucho y dijiste muchas cosas que no
debías haber dicho.  Has dejado muchas dudas entrar en tu mente.  Has sido tibio
en tu amor a Dios.   (Dirigiéndose a otro cristiano)  Y tu le mentiste a tu
amigo hace poco.  Haz faltado a los cultos muchas veces sin una razón buena.  
(A los otros)  Y ustedes han chismeado de sus vecinos.  Han hablado mal de sus
compañeros en la fe.  Han gastado casi todo su dinero para sí mismos, y han dado
nada más que unas moneditas para la obra del Señor.  ¡Que gran servicio leal!.
 
Cristiano IV:  Tenemos que admitirlo.  Nos da vergüenza, pero nuestro buen
Salvador tiene una promesa para sus hijos arrepentidos.  “Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”  (1 Juan 1:9).  Nuestro Príncipe siempre es misericordioso y listo a
perdonar.
 
Cristiano II:  Si, su sangre preciosa nos limpia de nuestros pecados si estamos
arrepentidos de nuestros hechos malos.  No tenemos que dejar que usted nos
controle otra vez, ni seguir viviendo en el mundo de maldad.
 
Diablo:  (Furioso)  ¡Yo odio a ese Príncipe de paz!  ¡Me fastidian sus leyes y
su pueblo!  Voy a destruirles a ustedes y su reino de justicia.
 
Esta es la Victoria………3
 
Cristiano III:  Hemos tomado la armadura de Dios.  Nos hemos ceñido con la
verdad y la coraza de justicia.  Nuestro escudo es la fe.  Con la fe podemos
apagar todos los dardos de fuego que usted usa contra nosotros.
 
Cristiano I:  La salvación es nuestro yelmo, y la Palabra de Dios es nuestra
espada. (Efesios 6:13-17).  “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que
podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.  Estad,
pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de
justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.  Sobre
todo tomad el escudo de la fe, conque podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno.  Y tomar el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu, que es
la Palabra de Dios”.  La victoria será de nuestro gran Salvador.  Él nos promete
que si resistimos al diablo, él huirá de nosotros”.  (Santiago 4:7)  “No piense,
pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
 
Diablo:  (Enojado)  ¡Ustedes no pueden ganar!  Fallarán.  No se me escaparán. 
Serán mis presos para siempre.
 
Cristiano IV:  (Desanimado momentáneamente).  Ay, ¿qué haremos?.  Él es muy
fuerte y poderoso.  Estamos perdidos.
 
Cristiano III:  No, no.  ¡Cálmate!  El Señor nos ha dicho que más grande es el
que está con nosotros que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4).  “Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo”.
 
Cristiano II:  Dios dice en su Palabra que el diablo que anda engañando a los
hombres será lanzado en el lago de fuego, pero los que siguen fielmente a Cristo
hasta la muerte tendrán la vida eterna allá en el hogar celestial donde no habrá
muerte, ni llanto, ni dolor (Apocalipsis 20:20; 21:4). “Y el diablo que los
engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el
falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. 
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron”.
 
Cristiano I:  En el nombre de Jesucristo de Nazaret tenemos la victoria. 
¡Váyase, Satanás, pues está derrotado!
 
(Todos los Cristianos levantan sus Biblias en alto).
 
Diablo:  ¡Tontos cristianos!  ¡Idiotas!  (Sale rápidamente).
 
Cristiano IV:  Alabemos al Señor por la Victoria que nos ha dado.  (Ellos
inclinan la cabeza.  Uno puede hacer una oración de gracias.)
 
Todos:  “Esta es la Victoria”
 
(Se cierran las cortinas).
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ESPERAN POR TI



ESPERAN POR TI
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Por Josué Zorrolla Pérez

INTRODUCCIÓN: La Sociedad de Jóvenes esta noche presentará ante Uds. el programa titulado: “Esperan por Ti”. Esperamos que el mismo será del agrado de Uds. y de gran ayuda espiritual.

PERSONAJES: Héctor, David, Yudit, Liset, Pastor, Alejandro (Hijo de Pedro), Pedro (Esposo de Milena) y Milena.

I ESCENA


(Entra Hector con una pelota y un guante en la mano, se sienta en la sala, al momento David toca a la puerta, él abre y David llega con un bate en la mano)

HECTOR: (Después de saludarlo) Hace un rato te estaba esperando. ¿Nos vamos?

DAVID: ¿Viste anoche el juego de pelota? Kindelán cogió la pelota y la sacó del cuadro. (Entran Yudit y Liset)

LISET: Parece mentira que hoy cuando la mayoría de los miembros de la Iglesia va a salir a predicar el Evangelio de casa en casa, Uds. van a jugar pelota.

HECTOR: Mira mi hermana, hoy es Domingo, ayer sábado yo fui a la Iglesia y alabé al Señor, hoy es el día de ir a pasear, nadar, pescar, ir al parque y jugar cualquier cosa, por ejemplo “pelota”.

LISET: Lo que pasa es que Uds. al igual que muchos miembros de la Iglesia que no trabajan a favor de las almas, no se dan cuenta de que muchos de los que nos rodean, amigos, vecinos y familiares se encuentran sumidos en la tristeza, el dolor y la desesperación a causa de la pérdida de un familiar querido, problemas en la escuela, el trabajo o el hogar. Otros están al borde de la locura por la pérdida de la casa, el empleo, y muchos ya están cansados de vivir cometiendo errores.
[D1] 
YUDIT: Muchos han cometido tantos errores, se han comprometido tanto con el vicio, el juego y el place que ya no saben cómo salir del hueco en el que han caído, algunos se quitan la vida porque piensan que es la única solución que tienen. Héctor y David: vecinos, amigos y familiares a los que Uds. aman están esperando que alguien les dé el mensaje de amor y esperanza. Muchos están esperando por mí, y también por ti David, y por ti Héctor.

HECTOR: Uds. no debieran llamarse Liset y Yudit sino Elena White I y Elena White II, porque lo único que hablan es de Biblia y de profecía. ¿Qué tú crees David?

DAVID: ¿Qué yo creo? Pues... que ellas tienen razón. Nosotros al igual que muchos cristianos no estamos viviendo a la altura del propósito por lo cual fuimos llamados por Dios. De seguir como vamos seremos los culpables de que muchos se pierdan. Viene a mi mente la historia de un joven que una tarde después de bañarse y vestirse salió a pasear, cuando llegó a una esquina cerca de la casa, vio a un grupo de gente reunidas en un lugar. Preguntó qué pasaba y alguien le dijo que unos obreros que se encontraban arreglando una tubería en los túneles del alcantarillado de la ciudad habían quedado atrapados al derrumbarse una parte donde trabajaban. El joven se dirigió al lugar para ver cómo los vecinos de aquel lugar junto a un grupo especializado en rescate sacaban a los infelices que allí estaban atrapados. Cuando llegó, cuál no fue su sorpresa al oír que uno de los que ayudaban le gritó: ¿Oye, qué haces ahí mirando? Tu hermano está atrapado aquí abajo. Al joven no le importó que se había bañado, ni que estaba vestido, que iba de paseo, ni mucho menos que estaba a salvo, sin pensarlo dos veces se tiró al hoyo. Su hermano estaba en peligro y él tenía que hacer algo. Con sus propios dedos comenzó a cavar. Una hora más tarde aunque las manos le dolían y le sangraban se sintió satisfecho porque gracias a Dios y al esfuerzo de todos los obreros habían sido rescatados con vida. Héctor, mientras nosotros perdamos tiempo, otros se encuentran atrapados en el abismo del pecado. Yo creo que podemos formar un equipo y juntos salir a predicar el evangelio, dar cariño, amor y esperanza a todo el que nos rodea.

HECTOR: Quiero pertenecer a ese equipo, no deseo seguir perdiendo el tiempo. Es hora de comportarme como Cristinos de verdad, hacer por Cristo y la gente que me rodea lo que esperan de mi. Díganme qué puedo hacer.

LISET: Por ahora lo único que tienes que hacer es ir a la casa del pastor y pedir un juego de la Voz de la Esperanza. Mientras nosotros vamos a trazar planes del trabajo de hoy. (Héctor sale y los demás salen por la otra puerta).

II ESCENA

(Entra Héctor con unos folletos en la mano y sin darse cuenta se le caen tres. Por otra puerta sale Milena y ve los folletos y los recoge para leerlos. Se va).

III ESCENA


(Entran Liset, Yudit y David en espera de Héctor se sientan en la sala. Tocan a la puerta y Yudit abre, es Héctor.)

HECTOR: Muchachos tengo una mala noticia que darles. El Pastor me entregó todas las lecciones, cuando llegué al parque me di cuenta que me faltaban tres, pero no las encontré a pesar de que  la busqué bien, parece que alguien se las encontró.

LISET: Si hubiese sido una pelota y un guante no se te hubiera perdido, porque en tu mente no tienes nada de importancia.

DAVID: Bueno, no nos vamos a pasar el día discutiendo, por tres lecciones que se perdieron yo no creo que la obra de predicar el evangelio se puede detener por tres folletos de la Voz de la Esperanza que se perdieron.

YUDIT: Y ¿Cuáles lecciones se perdieron?

HECTOR: La oración, ¿Cuál es la Iglesia Verdadera? Y ¿Qué debo hacer para ser salvo?.

LISET: Se perdieron las más importantes pero ya no se puede hacer nada. Quiera Dios que la persona que las encontró acepte a Jesús como su Salvador personal. Vámonos.

HECTOR: (Se pone de pie) Vamos a orar, para que Dios dirija el trabajo que vamos a realizar (Ora y salen).

IV ESCENA


(Entra el pastor y se sienta en la sala, tocan a la puerta los muchachos (4) después de saludarse se sientan)

PASTOR: Muchachos les felicito por el trabajo misionero que han realizado durante este mes.

HECTOR: A mi no me gusta hacer obra misionera pero este mes he podido experimentar qué se siente al poder trabajar por otros.

DAVID: Desde que comencé a trabajar en la obra misionera he alcanzado un mayor conocimiento espiritual.

LISET: Pastor lo que no he podido olvidar es que Ud. Me prestó una colección de lecciones de la Voz de la Esperanza y se extraviaron tres folletos.

PASTOR: No se preocupen por eso muchachos, la pérdida de esos folletos no es mayor que el trabajo que Uds, han realizado. Estoy seguro de que Héctor no botó las lecciones a propósito. A demás dice la Biblia “Hecha tu pan sobre las aguas y después de viejo lo recogerás.”

YUDIT: (Se pone de pie). Pastor nos vamos, hoy tenemos que recorrer casi 12 kilómetros para llegar a un caserío donde no hay cristianos.

PASTOR: ¿Puedo ir con ustedes?

YUDIT: Como no, vamos. (Todos se ponen de pie y después de orar salen).

V ESCENA


(Entra Pedro y Alejandro).

ALEJANDRO: Papi, no te has dado cuenta el cambio que ha dado mami?

PADRE: Sí hijo, desde que se encontró esos folletos hace un mes y los comenzó a leer es una nueva persona. Hasta los vecinos se han dado cuenta del cambio. Me gustaría ser una nueva persona igual que tu mamá.

ALEJANDRO: A mí también me gustaría ser diferente. (Entra Milena con los folletos en la mano y se pone a leer).

PEDRO: Milena, Alejandro y yo queremos ser distintos igual  que tú. Hace pocos días leímos esos folletos que te encontraste pero no entendimos mucho. Por qué no nos ayudas?

MILENA: Uds. No son capaces de imaginar lo feliz que me siento al escuchar sus palabras y estoy dispuesta a ayudarlos. Aunque hay cosas que yo tampoco comprendo pero...tengo una idea, vamos a arrodillarnos para pedirle a Dios en oración que envíe a alguien que pueda explicarnos lo que necesitamos saber. (Se arrodillan. Milena ora) (Cuando dice Amén tocan a la puerta).

PASTOR: Buenos días, soy el Pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y los jóvenes que me acompañan también son miembros de la misma (Los presenta) Hemos venido para invitarlos a que asistan a nuestra iglesia y obsequiarle este libro “Felicidad Abundante”.

PEDRO: Para mi es un placer conocerlos. Esta es mi esposa Milena, el Alejandro, mi hijo.

MILENA: Pasen, Uds. Son las personas que desde hace casi un mes estoy esperando.

DAVID: ¿Qué Ud. Nos estaba esperando?

ALEJANDRO: Sí, hace un mes mi mamá se encontró esos folletos que tiene en las manos cuando fue a la ciudad. Nosotros los leímos y aceptamos a Cristo como Salvador personal, pero hay cosas que no entendemos. Ahora mismo cuando uds. Tocaron estábamos orando pidiendo a Dios que enviara a alguien para que nos ayudara y llegaron uds.

LISET: Creo que en verdad Dios nos envió a este lugar. Esos folletos se le perdieron a mi hermano hace un mes. Ese día oramos a Dios pidiendo que permitiera que la persona que encontrara los folletos aceptara a Cristo como su Salvador personal y ahora veo que él contestó nuestra oración.

PEDRO: Es tarde y Uds. Han caminado bastante, les invitamos a almorzar con nosotros para que después nos expliquen todo lo que necesitamos saber.

HECTOR: Es que, somos muchos.

ALEJANDRO: Hay para todos, pues hay comida suficiente.

MILENA: En uno de los folletos leí que había una Iglesia verdadera y mientras oraba hace un rato pedía a Dios que permitiera que la persona que viniera perteneciera a esa Iglesia y uds. Son Adventistas del 7mo Día. Vamos a almorzar, pues tenemos mucho de qué hablar. (Salen. Se canta el himno. Qué estás haciendo por Cristo?).


PASTOR: Queridos jóvenes, niños y adultos presentes, esta familia conoció a Cristo y lo aceptó como su Salvador personal, pero otros están esperando que alguien les hable del amor de Cristo. Quiero que en estos momentos se pusieran de pie los que están dispuestos a trabajar a favor de esas almas que se encuentran en el hondo abismo del pecado. ¿Qué estás haciendo por Cristo? No olvides que alguien Espera por ti. (Invita a la congregación a cantar la última estrofa del himno Qué estás haciendo por Cristo?

ORACIÓN FINAL







 [D1]

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DRAMAS JA



si estas en busca de un buen programa y una que 
otra actividad juvenil  estas en el lugar correcto. 
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